No le disgustaba el oficio de encuadernador ni tampoco el de librero.

Iba vestido de operario y parecía ejercer el oficio de encuadernador de libros.

Hoy, el oficio de encuadernador no se encuentra ni en las imprentas estatales (las únicas).

Christophe regresó a casa satisfecho y convencido de que en poco tiempo podría retomar su amado oficio de encuadernador.

Formar una familia y poder mantenerla con su amado oficio de encuadernador y librero representaba una obligación de carácter prioritario.

También dices que no quieres trabajar en una imprenta y que no te gusta París... ¿Qué me dices de aprender el oficio de encuadernador?

-Noveo cómo puede atraerle el oficio de encuadernador a alguien que se pasa el día galopando por la campiña -añadiócon una mueca.