En los ojos asiáticos de Holfer se encendió una luz de diversión.

Himmler nos miró con sus ojos asiáticos y nos dijo con ternura:

Los palillos eran por mis ojos asiáticos, el pigmento por mi palidez.

Pero Jesús era de un matiz más opaco y con ojos asiáticos.

Sus ojos asiáticos eran demasiado pequeños y espaciados para resultar hermosos.

Tenía una cabeza espléndida de emperador romano con viejos y oscuros ojos asiáticos.

Ahora la mirada de sus oscuros ojos asiáticos era firme.

Sus ojos asiáticos me impresionaron y todo mi cuerpo se estremeció por el terror.

Y sus obscuros ojos asiáticos eran más límpidos y brillantes.

El niño, de ojos asiáticos y pelo de cobre, recita:

Los ojos asiáticos están de moda en estos tiempos.

Su víctima tenía cara en forma de corazón, tez dorada e impoluta y ojos asiáticos.

Unos ojos asiáticos, almendrados, pero de un verde europeo.

Frente al príncipe estaba sentado un teniente de cosacos, pequeño, felino, negruzco, con ojos asiáticos.

Podía ver la boca del hombre moviéndose, sus ojos asiáticos, sus anchos labios de negro.

Dos penetrantes ojos asiáticos se clavaron en mí.