Un chispazo de interés, de esperanza, brilló en los ojos opacos, torturados.

Volvió a brillar en sus ojos opacos la luz de la razón.

Se limitó a mirarme un momento, con los ojos opacos muy abiertos.

Sus ojos opacos realizaron un rápido escrutinio profesional de aquella estancia abigarrada.

Los campesinos miraban con ojos opacos que no revelaban excitación ni sorpresa.

Snopes le observaba con ojos opacos, apenas visibles entre los abultados párpados.

Los ojos opacos y aterrorizadores de Meeks parecían atarle con cuerdas irrompibles.

Tenía los ojos opacos y una espuma viscosa le goteaba del hocico.

Los ojos opacos brillaban de cuando en cuando con un extraño fulgor.

Sus ojos opacos no denotaban compasión ni, por otra parte, animadversión alguna.

Calveros lo advirtió, y los ojos opacos se le iluminaron de triunfo.

Tenía los ojos opacos, hundidos, avergonzados de lo que consideraba una flaqueza.

Cortés me miró con sus ojos opacos y dijo con suavidad, peligrosamente:

Artorex observó su cara de persona resuelta, con ojos opacos y aguzados.

Las arrugas de congoja, los ojos opacos, sin vida, la piel cenicienta.

Y SuSu se quedó quieta, con los negros ojos opacos como piedras.