1
Entre ellos, el río Negro, que en cada una de sus peligrosas crecidas suele olear al aire la leyenda de su nacimiento.
2
Olió al aire húmedo de primavera, perfumado de anémonas.
3
Cubrió al herido con un lienzo de lino que olía al aire limpio y perfumado de la campiña tebana.
4
La casa olía al aire acondicionado, a alfombras viejas y a ambientador tropical; las habitaciones estaban oscuras y en silencio.
5
Había traído consigo el frío del exterior, y olía al aire de la ciudad y al aire helado del inminente invierno.
6
Entró luego en el pasillo y subió las escaleras, que olían al aire viciado de las decepciones que habían atormentado aquellos peldaños durante décadas.
7
-Asíes -lapiel de ella olía al aire de los riscos... a mar, flores silvestres y al ardiente sol del verano-.