1
Selim creyó comprender de repente: no hablaban la lengua de los osmanlíes.
2
Por ello, sus secuaces fueron llamados turcos osmanlíes o turcos otomanos.
3
Esos pueblos fueron los servios, los búlgaros, los turcos selyúcidas y los osmanlíes.
4
La espada de los osmanlíes, enriquecida con piedras preciosas, dormía a su lado.
5
El hebreo se codeaba con los arabescos osmanlíes, el persa y el latín.
6
La naturaleza había provisto bien al linaje de los osmanlíes.
7
Sabré recordarlo cuando lleve la espada de los osmanlíes.
8
Fueron éstas las que abrieron el hueco por donde los turcos osmanlíes entraron en Europa.
9
Y a la monarquía oriental cristiana substituyó entonces la fuerte potencia militar de los turcos osmanlíes.
10
Pero el camino es largo, la tierra dura, el cuerpo débil, y los osmanlíes poderosos e inclementes.
11
No era algo nuevo para los osmanlíes.
12
Luego de estar dos meses en Gallípoli, los prisioneros fueron trasladados a Bursa, capital asiática de los osmanlíes.
13
La tribu que gobernó y sus descendientes son llamados los turcos osmanlíes o, más comúnmente, los turcos otomanos.
14
La expedición se detuvo mientras el jefe de ella se adelantaba hacia el punto donde estaban reunidos los oficiales osmanlíes.
15
Con los extranjeros era como los osmanlíes, lento y desconfiado, astuto y testarudo, y también tajante y rudo al hablar.
16
En cambio, para los osmanlíes no hay más justicia que la bolsa; aquí se compran y se venden los jueces como indigna mercancía.