Parecíale a ella que había pasado un millón de años desde que oyeraestaspalabras.
2
Fue una suerte que nadie, ni la propia vaca, oyeraestaspalabras, pues ella misma se detuvo asustada de haberlas pronunciado.
3
A Chieko le hizo gracia pensar cómo reaccionaría Yusuke, amadrigado quizá bajo la tundra con temperaturas muy por debajo de cero, si oyeraestaspalabras.
4
¿Y qué había de contestar al Señor, si de su boca oyeraestaspalabras: "Aquéllos murieron por la fe; pero tú has preferido huir"?