Transcurrido un momento de pávido silencio, respondió en el mismo idioma.

El anciano estaba pávido; Tamora lo zarandeó y le siseó algo al oído.

Leve, pávido, tembloroso, miraba y remiraba el billete sin poder creer lo que veía.

Porque era un hombre pávido y lleno de membranzas literarias.

La royina se llevó una mano al pávido semblante.

Yo permanecía en el mismo lugar, pávido, inmóvil.

Es todavía joven y puede conseguir todavía las victorias que su espíritu pávido le ha negado constantemente.

Su rostro pávido me recuerda que, a partir de ahora, podemos perder la vida en cualquier momento.

Faldin asintió, en absoluto pávido ante esto.

Guzmán, pávido, tercia a favor de Llorente.

Al verla le grité con pávido acento:

Y todo en el exterior palidecía con la luz fría de la luna impregnándose de un pávido desamparo.

Pero pávido, pues ya esperaba cualquier desvarío de ese abogado que lo miraba con ojos que parecían ciscos.

Y el mandadero es un miedo que le enverdece el rostro y agita piernas y manos, pávido, tartaja:

Mejor es que recuerdes que para mí sos bello, aun cuando aplastás el pávido temor entre los dientes.

Para poder conseguirlo ha de hablar con cara de pocos amigos con el pávido esposo de su hermana.