Se decía que un buen pantomimo hablaba con las manos.

Pero no creo que yo sea mejor pantomimo que lector.

El arte del pantomimo es un mero arte de sugestión.

El pantomimo que hacía de Saturno se despertó, vio el cuenco y bebió de él.

Sin embargo, el auditorio declaró la victoria por el pantomimo y atolondró al paisano con silbidos.

Una vuelta a la tierra en redondo, persiguiéndolos para volver allí, al corredorcito desconfiado, mohoso, pantomimo.

Así se llamaba el pantomimo favorito de Augusto, que llegó a actuar en algunos banquetes privados del emperador.

El pantomimo salió de inmediato.

Que el muy pantomimo me cogió el flaco tan a gusto que hasta ahora no he caído en la cuenta.

Claudio hizo matar a Mnester, amante de Mesalina, y Domiciano al pantomimo París, de quien se había enamorado su mujer.

Esta vez el pantomimo caminaba majestuosamente con un cetro en una mano y con un orbe rematado en una victoria en la otra.

Entró entonces Pylades, el gran pantomimo de Roma en aquellos días, y situó su hermoso cuerpo en medio de todos los asistentes al banquete.

El César gustaba de los hombres, pero lo habitual era que se entretuviera con jóvenes efebos o con algún pantomimo como Pylades, de hermoso físico.

Actualmente, toda la tragedia se subordina al pantomimo mudo, doblado por tal o cual solista, sostenido por el coro, acompañado de trenzados y de estribillos.

Grupos de pantomimos improvisaban aquí y allá bufes representaciones aplaudidas por ocasionales paseantes y espectadores voluntarios.

Era tradicional que los pantomimos de renombre recibieran los íntimos favores de los príncipes menos virtuosos.