Tan arrebatado se mostraba que parecía exudar fuerza vital por los poros.

Parecía exudar gozo, y cualquiera habría dicho que estaba extático de verme.

Ese brillante revoque que usaban siempre, frío y resbaladizo, parecía exudar incomodidad.

Incluso estando recubiertos de magníficos tapices, los muros parecían exudar un aura depresiva.

Hasta sus musculosos hombros y espalda parecían exudar un disgusto que resultaba opresivo.

El aire parecía exudar una amenaza de oscuridad entremezclada con niebla.

El metal negro parecía exudar una malevolencia que le era del todo desconocida.

Era cierto que en los últimos tiempos parecía exudar alegría.

Tenía la piel muy bronceada y parecía exudar buena salud.

Cada vez hacía más frío, y las estrechas paredes del pasadizo parecían exudar humedad.

Las paredes parecían exudar, y el tapizado de los sillones y sofás estaba constantemente enmohecido.

Bajo la luz amarilla de los fosforescentes, parecían exudar una película de color azul oleoso.

En ciertos momentos parecen consumir o almacenar energía; en otros momentos parecen exudar o liberar energía.

Cada vez que abrió y cerró las puertas del mueble, la madera parecía exudar diferentes aromas.

Era uno de esos días típicos de Nueva Inglaterra, en que el aire parecía exudar agua.

Porque aquel olor parecía exudar de sus poros.