Su mechón había sido peinado, cepillado y engrasado hasta parecer una talla de ébano.

La gasolina había añadido una pátina de un color marfil amarillento que le hacía parecer una talla china.

Había caído boca abajo y su postura congelada en los horrores de la muerte le hacía parecer una talla en madera.

No se movió en toda la ceremonia, parecía una talla de madera.

La nuca, adornada con una tiara de diamantes, parecía una talla de hielo.

Elias parecía una talla de madera en sus brazos: no daba ninguna señal de vida.

Sí, en conjunto, me parece una talla bien hecha.

Su pecho apenas se agitaba y había empalidecido tanto que parecía una talla de marfil.

La ropa que vestía siempre parecía una talla mayor.

Sus manos parecían una talla demasiado grandes para su cuerpo, como las zarpas de un muñeco.

Parecía una talla de piedra en su trono.

Llevaba una camiseta de manga corta que parecía una talla más pequeña que la que necesitaba.

Su soberbia cabeza, de tamaño más que considerable en relación con su cuerpo, parecía una talla en mármol.

Tenía una cabeza que parecía una talla africana y los miró con aire adusto, mientras comprobaba sus pasaportes.

Es muy bajita, delgada, angulosa; el rostro inexpresivo parece una talla en madera, pintada de blanco y negro.

El viejo puso cara afligida, frunciendo tan profundamente sus rasgos que su rostro pareció una talla en madera.