No por el ridículo, que también, sino porque pendemos de un hilo.

La muerte llega tan rápido, pendemos de un hilo, como las hojas.

Ya durará poco, porque ellos y yo pendemos de un hilo.

Muchos de nosotros pendemos de un hilo.

Todos los hombres pendemos de un hilo y en cualquier minuto se puede abrir el precipicio a nuestros pies.

Las alas son de tela, la estructura es de aluminio, pendemos de finos hilos y hay un precipicio a mis pies.

Pendemos de un hilo sobre el abismo.

" Pendemos de un hilo", había dicho el jefe de gabinete de Churchill.

Pendemos de un hilo.

-Pendemosde un hilo, y todo está contra nosotros.

¡Ambos pendemos de los hilos del mismo titiritero!

-Pendemosde un hilo tan fino como el de Ariadna en el laberinto de Creta -repusoMurmelstein con su acostumbrada afición a utilizar parábolas-.