No es una metáfora, mi pequeño zurullo -pausa-

Cómo voy a disfrutar jodiéndote, pequeño zurullo.

Aterrizó en el suelo, donde dio un par de vueltas como un pequeño zurullo, ensuciando la alfombra de lana.

Entonces puso dentro del taleguito el pequeño zurullo de perro, anudó el tirante, se lo colgó al cuello y salió corriendo de la casa.

Cuando cierra la atracción se mete en la caseta y abre una carta que, para su agradable sorpresa, contiene un pequeño zurullo de heroína marrón.

Tan seguro como que Dios hizo los pequeños zurullos azules que le esperaban en la larga, fría, húmeda noche bastarda.