He aquí la tumba velada por la llama perennementeencendida, símbolo de otros sacrificios no menos completos.
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Velaba sobre todos nosotros una lámpara enorme, perennementeencendida y con la pesadez de una roca puesta a obliterar una tumba.
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Y más allá de la Regia se encontraba el templo redondo de Vesta, residencia de las vírgenes vestales que mantenían la llama sagrada perennementeencendida.