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El compañero Kliwon rio por toda respuesta y siguió comiendo pescado crudo.
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El abuelo era el que nos llevaba alimentos, frutas y pescado crudo.
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Todos rechazaron los pedacitos de pescado crudo y pidieron carne y licor.
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Se diría un desierto de carnes: piel de durazno, nácar, pescado crudo.
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La clásica minuta indígena le esperaba allí: pescado crudo, plátanos fritos, pollo.
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Ellos solo comen pescado crudo o verduras crudas sazonadas con vinagre aromatizado.
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Pronto comerás pescado crudo y algas frescas, y serás un verdadero hatamoto.
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Tomamos un surtido de pescado crudo y una botella de vino blanco.
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Le daba completamente igual no volver a tomar nunca más pescado crudo.
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Solo le daban de comer pescado crudo y dejaban que se deshidratara.
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O a comer pescado crudo, como en el Japón, ¿no te jode?
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Pero ¿quién quiere acercarse a una criatura que huele a pescado crudo?
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No come más que pescado crudo y mira lo listo que es.
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El pescado crudo no le desagrada ya; la carne, todavía menos.
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En otra ocasión les ofrecimos una parte de pescado crudo y otra cocido.
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A la orilla del mar, había comido cangrejos y pescado crudo.
