Estudiándolos a todos mientras dormían a pierna suelta, protegidos por su religión.

Podría seguir ahí, durmiendo a pierna suelta, hasta el Día del Juicio.

Las cárceles son la mar de cómodas para dormir a pierna suelta.

Salimos sin hacer ruido y dejamos a Momo durmiendo a pierna suelta.

Dormir a pierna suelta y a las once en punto nos veremos.

Estoy segura de que pensaste todo eso mientras dormías a pierna suelta.

Píndaro roncaba a pierna suelta, recostado en lo alto de la tribuna.

Estaba tumbado a pocos metros de él y dormía a pierna suelta.

Esa noche, por primera vez en varios meses, durmió a pierna suelta.

Pero en todas partes duermen a pierna suelta, hasta ronquidos se escuchan.

Nadie podrá dormir a pierna suelta hasta que acabemos con su poder.

Mande a otro a hacer su trabajo y duerma a pierna suelta.

Dormía a pierna suelta soñando que ya había hecho fusilar a Olegario.

Maggie, la niñera inglesa, dormía a pierna suelta en el tercer asiento.

Durmieron a pierna suelta, sintiendo que se habían ganado bien su reposo.

Durmió a pierna suelta y cuando se despertó eran las nueve pasadas.