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La A representa la adenina, la T pirimidina, la G guanina y la C citosina.
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Y, por supuesto, por el nombre del nucleótido se sabe qué purina o qué pirimidina contiene.
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Cada purina tiene una pirimidina complementaria a la cual se une (A a T y C a G).
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No solo nos faltaban los componentes de purina y pirimidina, sino que nunca habíamos pedido al taller que montara átomos de fósforo.
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Cada nucleótido estaba compuesto por una purina (o una pirimidina), un azúcar y una combinación de fósforo y oxígeno denominada fosfato.
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Los complementos coinciden con los de la Tipogenética: A se aparea con T, y C con G; siempre una purina con una pirimidina.
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El rasgo distintivo consistía en las bases de nitrógeno, que eran o una purina (adenina y guanina) o una pirimidina (citosina y timina).
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Desde ésta se proyectan purinas y pirimidinas, una a partir de cada nucleótido.
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Dos purinas y tres pirimidinas se han aislado de los ácidos nucleicos en cantidades considerables.
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Las dos purinas son: adenina y guanina y las tres pirimidinas: citosina, timina y uracilo.
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Estos anillos poseían los nombres químicos de "purinas" y "pirimidinas".
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La diferencia entre estas dos pirimidinas es mínima y se reduce a un único grupo metílico.
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Además de por sus azúcares, los dos ácidos nucleicos también difieren en una de las pirimidinas.
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Una consecuencia importante de este hecho era que una cadena determinada podría contener tanto purinas como pirimidinas.
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Éste representa un papel primordial en la formación de purinas y pirimidinas, los bloques constitutivos del ácido nucleico.
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Lo único que necesitamos son las dos purinas y las tres pirimidinas que se detallan en este apartado.