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Ellos no tenían en la provincia de Vetusta una quinta de recreo.
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Parecía también nombre de una quinta de recreo del tiempo de los romanos.
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A la Violeta le dieron pega en una quinta de recreo muy famosa.
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Fuimos con un grupo del Pedagógico a una quinta de recreo en la Gran Avenida.
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Ocupaba aquella señorial quinta de recreo una vasta extensión de terreno rodeado de fragancia, arboleda y verdor.
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Pero su máxima atención estaba centrada en las verjas que cerraban el acceso a la quinta de recreo.
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A las once y diez, un taxi se detuvo frente a las verjas de la quinta de recreo.
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Caridad no sabía que iba a una quinta de recreo, un sitio destinado al reposo y a la contemplación.
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Varias calzadas conducen a la hermosísima finca, que más bien es una quinta de recreo que una empresa de campo.
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Una vez había un príncipe llamado Koretaka, el cual tenía una quinta de recreo en Minase, más allá de Iamazaki.
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Ha sido convertida en una quinta de recreo, uno de esos lugares donde no hay que hacer más que pasarlo agradablemente.
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En la quinta de recreo que Bolívar tiene en Caracas celebra tertulias literarias con amigos cómplices y concibe planes de secesión.
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En un tiempo fue una quinta de recreo mandada construir por un minero que había dado con un buen yacimiento de oro.
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El subdirector había sido llamado a su quinta de recreo de la costa normanda a causa de la enfermedad de uno de sus hijos.
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La tierra laborable era escasa y pobre y se veía que los dueños quisieron hacer allí quinta de recreo más bien que negocios agrícolas.
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Byron Marsh tomó una maleta con cada mano, y reanudó lentamente el camino hacia la granja convertida ahora en quinta de recreo para su mente.