Volver a la India, en otras palabras, con el rabo entre piernas.

Tenía el rabo entre piernas, el hocico fruncido, todos los dientes fuera.

Miles de capitulaciones diarias, el rabo entre piernas enfundadas en trajes de tergal.

Olvidando su dignidad, el archimago huyó con el rabo entre piernas.

El rey está camino de Mauritania con el rabo entre piernas.

Pero eso hubiera sido como volver a casa con el rabo entre piernas.

Y, por segunda vez, Mitrídates vuelve al Ponto con el rabo entre piernas.

No andemos con circunloquios; ¿cree usted que vamos a salir rabo entre piernas?

Pero enseguida sus ojos se retiraron con el rabo entre piernas.

Teodoro se volvió a su casa con el rabo entre piernas.

Son como esos animales tímidos que se alejan gañendo con el rabo entre piernas.

Derr trotó a campo traviesa con el rabo entre piernas.

Así pues, con el rabo entre piernas emprendo el lavado.

Pero si van allí entonces es que no huyen con el rabo entre piernas.

Si nos marchamos con el rabo entre piernas, todo lo pasado será en vano.

Verás que en cuanto nos vean echan a correr con el rabo entre piernas.