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Una vez en la quinta fuimos al lago de las ranas verdes.
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Reptiles como cocodrilos y boas, además de anfibios como ranas verdes.
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En ocasiones pueden ser ranas toro o ranas verdes arborícolas de Okinawa, incluso sapos.
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Junto al río, bajo la niebla, las ranas verdes cantaban su inacabable letanía de amor.
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No importaba: ahora solo era un agujero, colonizado por una familia de diminutas ranas verdes.
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Cuando se despertó se había quedado embarazada y, al final, parió un montón de ranas verdes.
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La sangre de las ranas verdes, instiladas unas gotas encima, impide que renazcan las cejas depiladas.
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Una multitud de ranas verdes lo rodeaba y la señorita entró y se inclinó cortésmente ante los suegros.
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Frías ranas verdes respiraban en las ramas al calor del sol, hinchando y deshinchando sus cuellos como fuelles.
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Trataba de meter un dedo en la boca de cada una de las ranas verdes que echaban agua.
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La bañera donde se tenía que asear era un gigantesco barco de papel lleno de patos amarillos y ranas verdes.
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A veces son ranas verdes y a veces marrones; a veces las describo con verrugas y otras veces sin verrugas.
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Brotaban plantas naturales de la espalda de unas gigantescas ranas verdes de cerámica, de saltones ojos amarillos y lengua escarlata.
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Soportar los aspectos más repulsivos para acceder al gozo del misterio interior... Una vez vi ranas verdes en un vivero.
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Vio varias ranas , pequeñas ranas verdes, grandes ranas de bronce, ranas bailando, ranas elegantemente vestidas, y lo que parecían ranas apareándose.
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No te lo creerás, pero analizan unas minúsculas ranas verdes que viven en unas ciénagas sulfurosas...
