La voz del hombre sonaba impostada, como la de un mal recitadordepoemas.
2
En aquellos tiempos Felisberto se ganaba la vida golpeando pianos en ciudades o pueblos del interior de la república, acompañando a un recitadordepoemas.
3
Y se ponía a recitar a García Lorca o a Miguel Hernández, y lo hacía maravillosamente, porque Monzón también era un consumado recitadordepoemas.