Considerándose un rey helenístico, piensa que tiene derecho a estar unido a dos mujeres.

Heredero de realezas absolutas, el rey helenístico es, en principio, el único señor en su reino.

Pirro fue el primer rey helenístico con quien se las vieron los romanos, pero no el último.

No solamente los griegos vencieron a los romanos, sino que el rey helenístico decidió realizar una incursión hacia Roma, pero no funcionó.

Mientras tanto, Roma aprovechó la ausencia de Pirro para reorganizar su ejército con objeto de enfrentarse por última vez contra el rey helenístico.

Al año siguiente y, a consecuencia de la victoria cartaginesa en Cannas, Aníbal recibió una misiva de alianza del rey helenístico, Filipo V de Macedonia.

Era algo que habían hecho algunos otros reyes helenísticos.

Debido a ello, la falange se había convertido en la principal arma de los reyes helenísticos.

Antioco III, otro de los reyes helenísticos, fue reclamado por los eolios para hacer sus pretensiones realidad.

Sus sucesores, los reyes helenísticos, se miraron siempre en el espejo de Alejandro, el gran conquistador y fundador de ciudades.

Y de Alejandro conduce una línea a los diádocos y los demás reyes helenísticos, y, de éstos, a Roma, a César y Augusto.