Su barba había florecido espesa y de un rojo flameante.

Vio de nuevo la puerta con el signo rojo flameante.

Corre hacia el horizonte rojo flameante del amanecer.

Los pájaros de fuego extendían las alas de un rojo flameante sobre la seda oro mate.

Ante mi proximidad, las runas cambiaron de color; del tono azulado pasaron a un rojo flameante.

Ante su proximidad, las runas cambiaron de color; del tono azulado pasaron a un rojo flameante.

El sol había dado al cabello blanco de Amos el mismo color rojo flameante de su juventud.

Con una aguda mirada, Peaslee descubrió los extraños ojos de color rojo flameante y el ancho cuerpo azulado.

Ya no teníamos un hambre salvaje, y el armuelle crecía aún verde plateado, pronto se volvería leñoso y de un rojo flameante.