1
Un ruido de pasos vino a romper la quietud de aquel silencio augusto.
2
El primer sonido en romper la quietud fue la voz encolerizada de Havar.
3
Las naves piratas volvieron a romper la quietud del horizonte tres días después.
4
Ni siquiera los niños se atrevían a romper la quietud con sus juegos.
5
Su compañero asintió con la cabeza, temiendo romper la quietud con su voz.
6
Carola guardó silencio, impresionada, mientras Arnau remaba con suavidad para no romper la quietud.
7
Un tribuno agusticlavio fue el primero en romper la quietud.
8
En ocasiones, sus labios se entreabrían como si rezasen, pero sin romper la quietud.
9
Pero entonces, algo inesperado viene a romper la quietud nocturna.
10
Ya en el coche, se abstuvo de encender la radio para no romper la quietud.
11
Yo, sin romper la quietud, me siento a su lado y le ofrezco mis brazos.
12
Trató de encontrar una brecha a aquella indecisión y romper la quietud de sus piernas.
13
Pero es importante romper la quietud y avanzar.
14
Un graznido áspero volvió a romper la quietud.
15
Cuando, por fin, empezaron a hablar, lo hicieron en voz baja, reacios a romper la quietud reinante.
16
El tumulto al sur y al oeste creció, levantándose para romper la quietud de la noche invernal.
