En su rostro azotado por el viento había un expresión de desconcierto.

Hitler ha abandonado Múnich en automóvil, el rostro azotado por un viento glacial.

Cenamos en la terraza, con el rostro azotado por la brisa.

El rostro azotado por el viento y las cejas blancuzcas.

Se arrastra sobre las manos y rodillas, con el rostro azotado por el viento.

Con el rostro azotado por el aire frío, sus sentidos despertaron ante la desolación circundante.

Lucie trepaba, descendía, corría, con los dedos tensos y el rostro azotado por la vegetación.

Los pocos pasajeros caminaban con prisa, el cuello levantado y el rostro azotado por el viento.

Allá, solo, empapado por la lluvia o el rostro azotado por el viento, se sentía libre.

Fue una huida desatinada en la noche, con el rostro azotado por las ráfagas de lluvia.

Permaneció alelado durante un largo rato, el rostro azotado por el viento con sabor a sal.

Niémans giró en redondo y atravesó el invernadero, con el rostro azotado por las hojas de ébano.

Walid lanzó un grito ahogado y cerró los ojos cuando sintió su rostro azotado por la arena.

Fuertemente asida a su melena, el rostro azotado por el viento, aspiraba con delicia su fuerte olor animal.

La capucha ya no cubría a Ruth, y su largo pelo ondulado golpeaba su rostro azotado por el viento.

Sam, montada sobre Gray Devil, sonreía, con el rostro azotado por el viento y el corazón latiendo agitadamente en su pecho.