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En ambos casos, sin embargo, el arquero de Comercio se declaró inocente.
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Su arquero Samir Handanovic fue la figura del partido con varias intervenciones.
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A partir de allí, el arquero pasaría a ser responsabilidad de Francia.
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Selección: Debutó en 1998 y aún hoy es el arquero de Italia.
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Según el diario Marca, el arquero se sintió indispuesto tras la práctica.
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El ballestero comprendió que su señor quería ajustar personalmente cuentas con Amaury.
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Sin embargo, es un hecho que no dispones de un segundo ballestero.
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El ballestero está a punto de empezar a discutir, pero se detiene.
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Al día siguiente, al amanecer, el joven ballestero acudió a aquellos campos.
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Sin pensar en el movimiento, Cadderly levantó el puño hacia el ballestero.
Usage of saetero in Spanish
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Fue como el saetero que arroja una flecha a la torcaz.
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Esta Exaltación viene a subrayar el papel evangelizador del saetero.
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El carnicero, el panadero, dos curtidores, dos herreros, el cuchillero y el saetero, todos ellos con sus esposas.
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Os ruego que os pongáis a disposición del maestro saetero; no solo es un gran saetero sino un estratega de primera.
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Un viejo árbol saetero en estado de podredumbre, agostado por la falta de humedad, cayó hace tiempo y es un puente natural.
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La vitrina contenía cerbatanas y flechas envenenadas que, era de presumir, habrían sido dirigidas contra Lorraine por algún indignado aunque incompetente saetero amazónico.
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El cantaor y saetero José María Pérez Blanco, conocido popularmente como 'El Perejil', ha muerto hoy en Sevilla, víctima de un cáncer de páncreas.
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Los sedientos árboles saeteros habían bebido casi toda la humedad del aire.
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Felicito a los saeteros y me reúno en consejo para continuar la obra.
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Su fachada sur presenta dos ventanas saeteras enmarcadas en arcos de herradura ciegos.
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Desde sus ventanas saeteras, su yo secreto miraba la noche blanca de Leningrado.
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Bloques de piedra oscurecida por el tiempo y los elementos, cristaleras grandes y saeteras.
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Casi simultáneamente el joven regicida cae víctima de las flechas de los saeteros reales.
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Otros, los saeteros, esguiláronse en los árboles que crecían a la entrada de dicha garganta.
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Vosotros, saeteros, deseo que le disparéis tantas flechas como pueda aguantar su cuerpo sin que muera.