1
Se levantó de la cama, cogió tinta, papel, pluma y la salvadera.
2
También tengo que haceros una súplica: no uséis la salvadera cuando me escribáis.
3
El embajador firma el papel, abre la salvadera y echa polvos por encima.
4
Ahí tiene plumas, papel, salvadera... Cualquier cosa que necesite, no dude en pedirla.
5
Luis escribió en silencio durante unos momentos, vertiendo después la salvadera sobre el documento.
6
El explorador y Serramanna se precipitaron hacia el agua salvadera.
7
Cogió la salvadera con aire cansado y esparció unos cuantos granos por el papel.
8
Por la salvadera del escalón Pachicha empujó y retuvo la carretilla con el saco.
9
Viendo que nada lograba, a lo último me hizo el cubileteo de la salvadera.
10
Sobre ella, escribanía, salvadera, campanilla de plata, carpetas y papeles.
11
Mi historia, señor, es bien sencilla: me toman por una salvadera, y soy una pluma.
12
El edecán que empuñaba la salvadera se sonrojó.
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Lo releyó con calma, echó salvadera para que la tinta se secara y dobló el pliego.
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Colocó el papel y la salvadera, abrió el tintero y dispuso en línea tres plumas recién afiladas.
15
Dilip recogió el tintero y la salvadera.
16
Después, con gesto meticuloso, el navarca sacudía la salvadera para esparcir arenilla sobre la hoja recién entintada.