El samarugo es un pez de gorda cabeza que se convierte luego en rana.

A las 23:30 horas muere, al caer en una tinaja de jabón hirviendo, el embeleco del albino, sosia del viejo, semihombre, samarugo y otras monerías.

Nosotros, a los dieciséis años no somos nada, no somos más que samarugos.

Rosendo venía de Samarugo, la torre de piedra, cuadrada y vertical, que enseña geometría a mi tierra.

En Zaragoza, a los tontos los llamaban "samarugos".

¡Qué lejos Samarugo, la Tierrallana, yerma y fría!

¿Cuántas leguas a Mondoñedo, al alto de la Agrela, a San Salvador, a la almenada torre natal de Samarugo?

-Conalgún que otro samarugo.

Y su hija con una fila de gansos que van todos los días a nadar a la balsa, una balsa pequeña donde hay samarugos.