Eso le diremos mesmamente a los siñores -advirtióMontoya en un nuevo arranque de optimismo-

Porque, sí, siñores, el tal Julián lo ha muerto.

Allí tengo unos siñores que queren almorzar.

Mios paires, cavalteros siñores de las Castillas.

Yo crío qui mañana mesmo le pongo mi huella en el papel, como hacen esos siñores tan educados.

Ése es mi dicho, siñores.

No miento, siñores, no miento.

Pero si luego esos siñores no queren salirse con todo y tu dichoso gobierno, vamos a perder toditito lo nuestro.

Pos tan bien supo metérseles a los siñores que cuando llegaron a tierra de cristianos era ya su mozo de estribo.

¡Hum!, ¿pos quiba yo a destenguir a estas horas, siñores?

-Mipadre, sí, siñores.

-Mira ,José ,¿ yquital qui los siñores esos luego no se salen y no nos queren devolver nuestra tierra?

Lo amamos muy intrañiblemente y lo amamos también a usté siñor Jimi.

A mí naidien me ha visto todavía la cara de pendejo, siñor.

Osté, siñor Martines, que tiene tanta labia, hágali miedo.

Pero ¿es que il siñor jefe supirior también tocaba los cojones el 15 de agosto?