Y también los monjes abellicanos, soberbiamenteadiestrados y entrenados, caminaron con un trote suelto.
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Naturalmente, cuando estaba intentando captar algo con la suficiente intensidad, sus órganos de captación soberbiamenteadiestrados resultaban movilizados por el esfuerzo.
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Soberbiamenteadiestrados por su experiencia anterior con los caballos, tanto Rigo como Stella necesitaron menos tiempo del que los bons podían imaginarse.