1
El teólogo latino sucedió al abogado romano; el teólogo oriental al sofista griego".
2
Teódoto, el sofista griego, propuso cínicamente una posible solución: "Un muerto no muerde.
3
No saben hasta qué punto soy yo hábil; ¡si soy un sofista griego en Roma!
4
Contaba entre sus virtudes una pericia de palabra y una gracia en la expresión dignas del mejor sofista griego.
5
Aún faltaban los sofistas griegos, muy numerosos; pero hallaban el terreno mal preparado.
6
Yo sé de amores más que los sofistas griegos con quienes tanto platica.
7
Las practicaron los sofistas griegos y los poetas culteranos españoles.
8
Ni los mismos sofistas griegos habrían podido igualarlos: avergonzados hubiesen inclinado sus cabezas ante la superioridad de tal magisterio.
9
Llenarse la boca de emprendedores e imitar a los sofistas griegos en su parloteo esotérico no es excesivamente complicado.
10
No es cuestión de remontarse aquí a Hobbes ni a Locke ni a Rousseau, menos aún a los sofistas griegos.
11
(164) Las faltas de los sofistas griegos lo eran más por exceso que por defecto.
12
Hace dos mil quinientos años, Protágoras, el primero de los sofistas griegos, declaró que "el hombre es la medida de todas las cosas".
13
El desarrollo del arte de la persuasión fue una de las inquietudes principales de los sofistas griegos y esta contenida en sus enseñanzas de retórica.
14
"Creo que estoy de acuerdo con los sofistas griegos", prosiguió Theo decidido sentándose en una silla de patas curvas.