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Aleteo llevaba consigo dos de los bols hechos por Albert, el soplador de cristal.
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Como de costumbre, lo compartía con otro soplador de cristal.
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Llegaron al puesto de Albert, el soplador de cristal.
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Afuera estaba Sofía, la mujer del soplador de cristal.
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Pensó en Morwenna, tan distante, tan inalcanzable... y entonces se acordó del soplador de cristal.
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Ni siquiera se daba cuenta de que se estaba convirtiendo en un renombrado soplador de cristal.
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Al final de la calle encontramos al soplador de cristal de Davey, que seguía allí, todo sonrisas.
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La cocina también estaba convenientemente limpia, donde el soplador de cristal colgaba de la viga del techo.
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Lo tenía reservado en la galería del soplador de cristal: una pipa de agua artesanal dicromática al estilo Tiffany.
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Pensaba en lo pobre que debía de ser un soplador de cristal y en la carga que supondría tener que cuidar de dos niños pequeños.
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Uno de los sopladores de cristal se ha ido.
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Un ejército de granjeros de Borletta, de zapateros remendones de Affoia, de sopladores de cristal de Visserine.
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Para poner a prueba esta idea, Rutherford pidió a los sopladores de cristal del departamento de física que le fabricaran dos bulbos.
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Según ella, los sopladores de cristal habían tenido que fabricar incontables ejemplares hasta que uno de ellos fue del agrado del dux.
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"Un soplador de cristal sabe, con su respiración, infundir vida en la materia bruta, crear belleza.
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Vivimos en una casa de cristal, como si los sopladores de cristal de Murano de Venecia hubieran inventado un tormento especial para nosotros.
