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Un buen andador como Dickson recorrió rápidamente una milla en línea recta.
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Ya no tiene la traqueotomía y tampoco necesita del andador para moverse.
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En la margen izquierda, se ha proyectado realizar un andador de aglomerado.
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Estaba sentaba en una butaca reclinable; junto a ella había un andador.
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Con tres años, Kinley ya podía moverse con ayuda de un andador.
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Sus pacientes aprenden a moverse con la ayuda de bastones, abrazaderas y andaderas.
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Solo me sorprende que, a la hora de la verdad, todavía necesites andaderas.
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Yo no soy de los que se dejan llevar con andaderas.
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Poco después, caminabas ya por la hierba del jardín, sostenido por unas andaderas.
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Vas dejando las andaderas... ¿Y en qué dirección ahondas tú ahora?
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Reconocí los chirridos del tacataca y estreché la bolsa contra el sujetador.
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Pensaba que había renunciado al tacataca después de lo de su hija.
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El tacataca y la puerta de la nevera al cerrarse.
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No estamos hablando de un viejo con tacataca y una manta en el regazo.
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Ann apartó el tacataca y entre las dos llevamos a su madre a la cama.
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Y déjame decirte que sé muy bien dónde puede meterse el tacatá.
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Yo no creo que el abuelo sea capaz de hacer tacatá.
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Lo hizo Álvaro, minuciosamente, sin olvidar el tacatá de la voz de Albareda.
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La cocina de Pará con el tacatá y el tucupí, son muchas cosas increíbles.
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O sea que a poco que yo hubiese querido, ¡tacatá!
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El follador que se nos pone encima y "tacatá", no nos dice na.
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Tengo un tacatá que le puede ir bien.
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Los gorriones son expeditos, presos escapados, tacatá, tacatá.
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Pues yo, tacatá, de cabeza a la mierda.
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Y pared por medio, tacatá de flamenco.
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Dio un salto y se acercó a la máquina que había empezado a hacer tacatá tacatatic tacatatic.
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Si te siguiera, sería muy aburrido, no se le podría llamar correr, sería más bien caminar con tacatá.
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Solo se oía el tacatá de las junturas de los rieles, el rítmico balanceo y un borrón oscuro fuera de la ventana.
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El segundo, el "taca" previo se transforma en un balbuciente "tacatá", que en ejercicios sucesivos va haciéndose más nítido y veloz.
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El tacatá, bum, crac de los disparos adormecía la mente a toda sensación, salvo el terror y eliminaba todo pensamiento, salvo las ideas de muerte.
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Y ya ven..." Tacatá, tacatá, como una lección repetida por un gramófono de los de trompa.