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Es una lástima que él no sea tan caradura como doña Carmosina:
2
En mi vida he visto a nadie tan caradura como ese viejo.
3
El ladrón no debe de haberlas vendido directamente, ¡nadie puede ser tan caradura!
4
Es tan caradura que no hay nada que hacer con ella.
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Hazel es tan caradura, que a veces uno se olvida de su sensibilidad.
6
De pronto me avergüenzo de ser tan caradura: ¡cómo me atrevo a darle lecciones!
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No se animaba a ser tan caradura como Magdalen.
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El juez se había hecho tan caradura que a él mismo, a Nacib, le había dicho:
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Connie es tan caradura que necesita una tanda de gritos y sopapos para comprender que molesta.
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No sea usted tan caradura.
11
Eres tan caradura como yo.
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Ahí la amiga comienza a gritar y decir que cómo podía ser tan caradura después de lo que había pasado.
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Cómo puede ser tan caradura y encima aparecer tirando indirectas, comenzó la bailarina desde el móvil del ciclo de eltrece.
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Traté de imaginarme quién sería tan caradura... Más le valía a Baxter Quinn no haber vuelto a escondidas al instituto.
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Nunca pensé que una persona pueda ser tan caradura, se sienta en un sillón y mienta de esa forma, comentó Riquelme.
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En cada viaje que Alba hacía a Barcelona, inevitablemente pensaba en Víctor, aquel orientador de la Fundación Balmes tan atractivo pero tan caradura.
