Estaba Esteban, tan cascarrabias, tan tieso, sin palabras, firme a su lado.

Ya estáis aquí, y veo que sigues tan cascarrabias como siempre, Jacob.

Nunca había visto al tío Silas tan cascarrabias como en aquel momento.

Es posible que tú seas tan cascarrabias como ella cuando cumplas ochenta años.

Lo creas o no, hubo un tiempo en que no era tan cascarrabias.

Tiene mérito, especialmente cuando se trata de atender a alguien tan cascarrabias como yo.

Si no fuera tan cascarrabias, habría tenido que reconocer que Adrian era realmente encantador.

Yo estaba a solas con aquel singular viejo, tan cascarrabias.

Antes estaba la mar de satisfecha, pero ahora se estaba volviendo tan cascarrabias como él.

O sea que aquella criatura iba a ser tan cascarrabias y fastidiosa como las demás.

Es usted demasiado joven para ser tan cascarrabias.

No era propio de él ser tan cascarrabias.

Si no fueras tan mojigata y tan cascarrabias.

Aquel hombre era tan cascarrabias como había temido.

Irónicamente, en este punto el paciente estaba tan cascarrabias, que ignoró totalmente la recomendación de los médicos.

Pero ni tan huraño ni tan cascarrabias como la tradición ha tratado de pintar a estos hombrecillos.