Encogió la espalda con un aire tan enajenado que Marcel tuvo miedo.

Estaba tan enajenado que en varias ocasiones estuve a punto de caer peligrosamente.

El Kalashnikov blasonado en el pecho parecía tan enajenado como él.

Sus ojos eran los de un loco; parecía tan enajenado como un esquizofrénico.

El muy estúpido estaba tan enajenado que ni siquiera se percató.

Es un personaje tan enajenado o más que el Sombrerero.

Parecía tan enajenado como Durris, Fole y los demás.

Suponía yo que ella me sostenía la mirada por puro estupor, por verme tan enajenado.

Pero si estás tan enajenado que no puedes pararte a reflexionar, ¿cómo recuperar la cordura?

Era rápido, pero Lucio estaba tan enajenado que no sentía el cansancio de esa corrida.

Asentí, tan enajenado por el terror que solo era consciente a medias de lo que hacía.

Mi padre no estaba tan enajenado como creíamos.

Cuando terminó la canción, Hsi Men estaba tan enajenado que casi no sabía lo que hacía.

Jamás había visto a nadie tan enajenado.

No creo haber conocido nunca a nadie tan abyecto y degenerado, y a un tiempo tan enajenado.

Estaba tan enajenado como los trabajadores psicopáticos de la planta que habían muerto a manos de los zombis.