Daba siempre la impresión de estar de perfil, de tan huidizo como era.

El unicornio negro parecía tan huidizo e inmaterial como el humo.

El sueño, preciada mercancía, nunca se había mostrado tan huidizo.

Pero Kazir era tan huidizo como las estaciones, pues solo buscaba el camino hasta Ferazhin.

Odín -lomiró harta de que fuera tan huidizo-

Nadie sabía a ciencia cierta por qué el general se había vuelto tan huidizo y huraño.

Y de pronto recuerda lo que ha estado buscando; más aún, comprende por qué parecía tan huidizo.

Durante un amplio segundo contempló el ojo masivo e histérico, tan huidizo como el de su amo.

Y distinguía todos los aromas, el de la viña, sobre todo, tan liviano, tan delicado, tan huidizo.

A Manolito casi se le saltaron las lágrimas, pero lo vi tan huidizo como antes de mi partida.

Comprendía que el deleite es fácil de alcanzar, pero que el contentamiento es tan huidizo como un fuego fatuo.

Siempre ha sido tan huidizo.

Siempre tan misterioso, tan huidizo, tan rebelde incluso a nuestros padres... Ya me habían informado de que era un mercenario.

¿Qué es lo que parece posible y, aun así, se revela tan huidizo?

¿Por qué eres tan huidizo?

¡Porque el tiempo, siempre tan escaso, siempre tan huidizo, era para emplearlo, no en vanidades, sino en cosas santas!