Daos prisa, que tatay se nos escapará.

Y en ese preciso instante le perdí el rastro a tatay, pero me daba igual: Marcos era nuestro padre, el de todos.

Éstos son el cabo primero Carlos Ruiz y el cabo Miguel Tatay.

Igualmente, el séptimo diácono es el religioso jesuita Jaime Tatay, de 34 años.

Davinia y Tatay se giraron y abrieron fuego a la vez.

Tatay se giró, saltó a la reja y trepó para llegar hasta el balcón.

A cámara lenta, vio cómo los dedos enguantados de Tatay resbalaban del borde de hormigón.

Mientras Davinia y Tatay corrían en auxilio de su compañero, la turba rodeó el Lince.

Mientras tanto, Tatay se había quedado sin munición.

La voz de Tatay sonó en el intercomunicador.

Davinia y Tatay vaciaron sus cargadores sobre ellos, pero no consiguieron abatir más que a tres atacantes.

-Contodo respeto -intervinoel cabo Tatay-,no era solo culpa del racismo.

Pero de cada pierna de Tatay colgaban ya dos infectados, y la gravedad jugaba a favor de ellos.

Davinia y Tatay levantaron sus armas.

-Que estés llevando gente y caballos para estar trayendo la carga, pues, tatay.

-Lasolución sería la agricultura ecológica -dijoel cabo Tatay.