Las sombras empezaban a teñir de negro cada memoria compartida con el americano.

Dijo que mandaría teñir de negro uno de los más usados.

Entonces, pensando qué vestidos convendría teñir de negro, la viuda abrió el armario.

Un pesimismo sordo empezó a teñir de negro toda su perspectiva de la guerra.

La lluvia radiactiva comenzó a teñir de negro el suelo de la zona de explosión.

Quería teñir de negro su abrigo rojo y blanco y llevar un ramito de violetas.

Un impulso diabólico lo había empujado a teñir de negro aquella hoja para su propia desgracia.

Viejo canalla, tienes suficientes pecados sobre la conciencia como para teñir de negro el Río Sacramento.

Así que te voy a teñir de negro.

Los enormes bigotes con las puntas retorcidas, ahora sin teñir de negro, le daban aspecto de viejo.

Sin embargo, tienen efectos secundarios más emocionantes: si alguien quiere teñir de negro su intestino por dentro, le invito a probarlo.

Se había hecho teñir de negro incluso la roja bufanda de lana, que siempre llevaba alrededor del cuello cubierto de granos.

No sé por qué tienes que teñir de negro toda la ropa, que se te queda la palidez de una acelga.

Estoy viendo a mi madre haciendo teñir de negro los vestidos, porque el duelo, entonces, duraba, severo, años y más años.

En efecto, diez minutos después, Rafté, con ayuda de una composición que usaba todas las semanas el mariscal para teñir de negro los.

Herido y derrotado, quizás preso en las garras de un rencor creciente, de una impotencia capaz de teñir de negro todo lo logrado.