Empleado en una tienda.
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Sin embargo, esta vez Maria escuchó horrorizada las palabras de la tendera.
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Ahora, sin embargo, la tendera la miraba con el ceño fruncido, furiosa.
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Al ver aquello, la tendera se sumergió de nuevo en la lectura.
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La tendera, que se llamaba Esperanza, era diminuta y carecía de escrúpulos.
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Jana lo miró y le pidió agua del Carmen a la tendera.
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Oyó un vagido a sus espaldas y la voz de la tendera:
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Al parecer la mujer del pintor tenía la formación de una tendera.
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La mirada anciana e inocente de la tendera se elevó hacia él.
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Cuando el desconocido salió por última vez, la tendera chasqueó la lengua.
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Molesta, se volvió y cruzó la mirada con la de la tendera.
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En Madrid he dejado... -explicaen un tono lánguido a la tendera.
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Y en segundo lugar... ¿darle un coche a la tendera?, ¿mi padre?
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Es la hija de la tendera del pueblo; parece una buena chica.
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A primera vista, parecía una tendera demasiado pobre para coger un taxi.
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Una pequeña tendera que se había retrasado en los pagos decidió denunciarlos.
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No obstante, no pagaba ni a la tendera ni a nadie.
