La señorita Mayfield parecía tener esa noche un curioso sentido del humor.

Se propuso tener esa noche una larga conversación con el negro de pelo rojo.

Hubo que caminar largo y tendido ya que sabíamos que no era fácil, pero queríamos tener esa noche la mayor cantidad de gente.

Y bienvenido el cáncer porque desde luego yo no quería tener esa noche el tono de piel de Karmele Marchante y Nicole Kidman.

El portafolios era una suerte de escudo, una patente de honradez, y llevarlo le proporcionaba la sensación de seguridad que requería tener esa noche.

En el sueño que tuvo esa noche lo acecharon los niños salvajes.

Quizá porque Tobasli tuviera esa noche el corazón entumecido por el miedo.

Observó, al pasar, que la luna tenía esa noche un brillo excepcional.

Lo quería todo, lo quería por completo y lo tendría esa noche.

La tendría esa noche, y no habría necesidad de seguir fingiendo.

Además, Besi tenía esa noche otra persona en quien pensar aparte de Odim.

No porque le importara mucho el aspecto que tuviera esa noche.

La versión de la pesadilla que había tenido esa noche había sido nueva.

Sería muy interesante adjuntar aquí el sueño que tuve esa noche.

Pero no era sueño lo que tenía esa noche, sino hambre.

Por lo visto no se presentó a una audición que tenía esa noche.