1
No todos tenemos la suerte de ser teniente de alguaciles, decía su gesto.
2
El pecho traspasado del teniente de alguaciles se agitó dolorosamente en una tos.
3
El teniente de alguaciles Martín Saldaña era duro y tostado como un ladrillo.
4
Busca al teniente de alguaciles y dile que necesitamos más hombres.
5
Tras la barba del teniente de alguaciles amagó una sonrisa.
6
Todavía dudó un poco el teniente de alguaciles.
7
El teniente de alguaciles me echó otra mirada inquieta antes de volverse de nuevo a Alatriste.
8
El teniente de alguaciles encogió los hombros, evasivo.
9
El teniente de alguaciles miró a Alatriste, boquiabierto.
10
El teniente de alguaciles frunció el ceño, amostazado.
11
Del cinto colgaba la vara de madera y plata que le acreditaba como teniente de alguaciles.
12
El teniente de alguaciles cambió un vistazo rápido con Guadalmedina, y éste movió levemente la cabeza.
13
El teniente de alguaciles mantuvo la boca cerrada.
14
Sin dejar de apuntarle con su milanés, fruncido el ceño, el teniente de alguaciles miraba ahora a Guadalmedina.
15
Llamaron a la puerta, y cuando abrí encontré en ella la recia figura del teniente de alguaciles Martín Saldaña.
16
El caso es que del despacioso vistazo que el teniente de alguaciles le echó al cadáver, apenas salió nada.
