Las dos descansaban, en un estuche de terciopelo burdeos, sobre un raso blanco.

Se sientan en un banco de terciopelo burdeos algo raído.

Las paredes estaban empapeladas en tonos caramelo y los sillones festoneados en terciopelo burdeos.

Cogió el bolso de terciopelo burdeos que hacía juego con el vestido y respiró profundamente.

Su capa era de terciopelo burdeos, envuelta con gracia para disimular el punto donde estaba raída.

Una tela de terciopelo burdeos, como una larga cortina, impedía ver lo que allí se guardaba.

Me hundo en una silla dorada y tapizada de terciopelo burdeos, y bebo zumo de naranja.

Hice un gesto con la cabeza hacia Bella, vestida en terciopelo burdeos, que hablaba con Simon.

La osamenta articulada y enjoyada del santo descansaba sentada en un mullido sillón forrado de terciopelo burdeos.

Este era suntuoso, con cortinas de terciopelo burdeos y lujosos sillones de caoba rojiza con las patas talladas.

Ella lucía un vestido de terciopelo burdeos con mantilla bordada en estrellas blancas y un collar de perlas.

Y ayer se me ocurrió que el pesado terciopelo burdeos le quita parte de la luz y... del esplendor.

Sentado enfrente de Del Campo en un gran butacón de terciopelo burdeos, Sebastiao echó una mirada a su alrededor.

El salón de Greta tenía un barroco sofá forrado con estribos deslizantes y dos sillas ancladas tapizadas de terciopelo burdeos.

San Basilio y san Deodato descansaban, cómodamente sentados, en dos grandes sillas doradas, con cojines y respaldo de mullido terciopelo burdeos.

El perro salta sobre un viejo sillón de terciopelo burdeos y se acurruca sobre el mullido almohadón, ya acostumbrado a su pequeño cuerpo.