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Encontraron un técnico ishi tib medio dormido bajo un banco de herramientas.
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El ishi tib se veía nervioso, y su pico repiqueteaba con ansiedad.
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Y esas fueron las últimas palabras que escuchó el ishi tib.
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Dofine miró con complicidad al ishi tib, el cual le devolvió una débil sonrisa.
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El ishi tib se puso un poco a la defensiva.
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Miró al ishi tib y formuló la pregunta que leía en la gesticulación del capitán:
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El ishi tib hizo una pausa, alternando la mirada entre el impasible capitán y el irritado primer oficial.
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El primer oficial volteó para dar la cara al ishi tib, quien los había guiado tontamente a la cacería de aquel tesoro.
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Miró a Tib y a mí como si estuviésemos a mucha distancia.
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Tib, con los ojos todavía clavados en el cielo, no pareció verlo.
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Sin embargo, Tib nos contaba que para Hoby no era así en absoluto.
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Nadie echaba a faltar a Hoby; creo que ni siquiera Tib.
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De no hacerlo, ha advertido, su asociación presentará una querella contra el TIB.
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Esos hombres, del jaez de Tippu Tib, se convirtieron en la aristocracia zanzibarí.
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Wren estaba sentada detrás de Erring Rift y Tib Arne, detrás de ella.
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Tib Arne la observó un instante y se echó a reír.