Era un tocadiscos portátil de los años sesenta de la marca Victrola.

Había un tocadiscos portátil, un teléfono y un ramo de rosas amarillas.

Le llevaba discos de ópera que escuchábamos en un pequeño tocadiscos portátil.

Dirk apareció pronto, y le entregó un estupendo tocadiscos portátil, sonriendo.

Por supuesto, llegó también el pequeño tocadiscos portátil de mis padres.

Con un tocadiscos portátil hizo sonar la nueva música a la máxima potencia.

Anne, escuchando en bucle los éxitos sobre un tocadiscos portátil.

Todo el trayecto Elvis escuchó música en su tocadiscos portátil.

Me llevé un tocadiscos portátil a la habitación del muchacho.

Escuchaban música juntos en un tocadiscos portátil de mi madre.

Aitor colocó en uno de los rincones un tocadiscos portátil que había llevado con él.

Aquel verano le compramos un tocadiscos portátil de plástico.

Siempre venía con el tocadiscos portátil, aunque hacía mucho tiempo que había dejado de funcionar.

Había traído un cargamento de discos compactos, un tocadiscos portátil y un ramillete de flores.

Pero pronto pienso en Olga Andreu y recuerdo su tocadiscos portátil que es una maleta cuadrada.

Una canción lenta, suave, la aguja del tocadiscos portátil intentando superar el vaivén de las olas.