Además, sabíamos cantar, tocar el caramillo y, algunos, el arpa pequeña.

Lo ignoraba, pero apretó los ojos con fuerza y dejó de tocar el caramillo.

Sabino espoleó su caballo y se dirigió colina abajo, volviendo a tocar el caramillo.

Debe saber tocar el caramillo.

Y había dispuesto que llegaran de la Sabina, en Nochebuena, dos gaiteros a tocar el caramillo y la gaita.

Y sus compañeros le seguían porque era hermoso, de pies ligeros y sabía bailar, tocar el caramillo y hacer música.

Pero también podrías intentar aprender a tocar el caramillo, o a recitar baladas, o a entonar alguna de las antiguas plegarias.

Y sus compañeros le seguían, pues era hermoso y tenía los pies ligeros, y sabía bailar, tocar el caramillo y hacer música.

Tas dejó de tocar el caramillo de mala gana y echó una curiosa ojeada al interior del arcón vacío al pasar frente a él.

Había transcurrido demasiado tiempo desde que toqué el caramillo por última vez.

En la plaza un hombre, casi doblado en dos, tocaba el caramillo.

En la calle, un hombre tocaba el caramillo y otro cantaba.

Y allí, recostado contra un viejo roble, Basile tocando el caramillo.

Estaba sentado junto a una fuente y tocaba el caramillo.

Alguien estaba tocando el caramillo o la flauta, arrancándole una alegre y saltarina melodía.

Un pastor se inclina hacia una muchacha como para enseñarle cómo se toca el caramillo.