Había adoptado un tono ampuloso y era consciente de ello.

El tono ampuloso de esa profesión de fe desaparecería rápidamente.

Disimulando el inmenso placer que le producían estas palabras, Clary concluyó con tono ampuloso:

Con el tono ampuloso que adoptaba en ciertas ocasiones, dijo al vicario de Thringford:

Blume abrió el primer cuaderno y leyó en tono ampuloso:

Siempre habla así, en un tono ampuloso, exagerado y arrogante.

Siguió parloteando en tono ampuloso y Aileen sintió que se las estaba arreglando muy bien.

Lo consiguió por fin, y, con tono ampuloso, dijo:

Lopitos remedó el tono ampuloso de don Serafín:

Millie solo hablaba en ese tono ampuloso cuando quería conseguir algo o intentaba impresionar a alguien.

Los ojos claros hablaban unos con otros con tono ampuloso y emocionado, halagando la valentía del rey.

Pero lamentó de inmediato ese tono ampuloso y casi sintió compasión cuando escuchó las palabras intimidadas del conde:

Mientras venía, sentí hambre -declaró en un tono ampuloso-, y sin embargo, no encontré ciervos en los bosques.

Si Bennett hablaba alguna vez lo hacía en tono ampuloso y discutidor, cambiando de asunto apenas lo había iniciado.

De alguna manera en oposición al tono ampuloso de Pablo Neruda, y de toda poesía que no reflejara el lenguaje popular.

-Loharé encantado, maestro Yarblek -respondióel extraño hombrecillo con tono ampuloso-.