El abuelo: un viejo tronco musgoso; sus crujidos recónditos, en reguero prorrumpidor y canoro.

Christian se pegó al tronco musgoso de un árbol, con el sigilo de una sombra.

Ethera imaginó el gran árbol creciendo verde otra vez, su tronco musgoso, sus hojas suaves.

Ahora sentados junto al lago, sobre un tronco musgoso a medio podrir, el Coronel me dijo:

Éste había aminorado su precipitada huida, disponiéndose a trepar por el ancho tronco musgoso de un árbol caído.

El resultado de su trabajo podía verse en una larga hilera de figuras puestas a secar sobre un tronco musgoso.

Tomé asiento en el tronco musgoso de un árbol caído, agradecido por tener la oportunidad de reposar mis fatigadas piernas.

La insistencia de Yazilliclick hizo que el gigante se levantase al fín del tronco musgoso sobre el que se había sentado.

Solo había sido cuestión de introducirse en una grieta del tronco musgoso de un árbol y salir por el otro lado al valle de Myrloch.

Lo he dejado allí en la selva, retirado en un oculto vallecillo, junto a un tronco musgoso de árbol, no lejos de un melancólico arroyuelo.

Apoyé la mano sobre el tronco musgoso del árbol, preguntándome si podría sentir el latido de su corazón dentro del roble, una vibración, un suspiro.

Suavemente me sentó en el suelo y me hizo apoyar la espalda en uno de los troncos musgosos.

Era fácil: huellas, ramas rotas, telarañas rasgadas, marcas en troncos musgosos donde los hombres se habían sentado a descansar.

Macizos de helechos, bordeados de troncos musgosos de los que brotaban orquídeas, rodeaban una zona circular con un suelo de caoba pulida.

La abertura estaba bloqueada por las plantas de avellano, que crecían y crecían hasta alcanzar las proporciones de enormes árboles, con troncos musgosos.

Los ecos de los gritos y risas golpeaban las aristas rocosas y se amortiguaban en los troncos musgosos de los robles y hayas.