Éstas eran unas bestias mágicas a las que no se veía hoy en día.

Pero yo la veía hoy de una manera diferente.

Lo que ella veía hoy en los ojos de azul oscuro no le gustaba nada.

Era el segundo rostro extraño que veía hoy.

Pero si no la veía hoy mismo, moriría.

Y en vez de esto, ¿qué veía hoy?

Se los veía hoy: mañana se habían desvanecido; nunca más volvíamos a verlos y sabíamos que estaban muertos.

La fiera, la veía hoy.

Vestido siempre de la misma manera, el que le veía hoy, le veía tal como era desde el año 1791.

Yo la veía hoy con uno, mañana con otro, en coche, en el teatro, por las calles, al anochecer, de conquista.

Los pantalones de cuero que se había puesto ayer no eran nada en comparación con la "ropa" que veía hoy.

Cómo había llegado a serlo, cómo podía vivir como tal, era algo que rebasaba su comprensión al verla como la veía hoy.