Una vendedora callejera llamada Oyasu, le lleva comida furtivamente tres veces al día.

Maria Domenica sonrió y entregó un puñado de monedas a la entrometida vendedora callejera.

Una mujer atareada de acento londinense y voz desenfadada, como la de una vendedora callejera.

Ella estaba bien proporcionada, era una mujer de buen aspecto, con unos veintitrés años, tipo vendedora callejera.

Fue una mujer muy valiente, con mucho coraje, dijo Mónica Carcamo, una vendedora callejera de 61 años.

Y a propósito de comer, me instalo delante de la estación y preparo mi puestecillo de vendedora callejera.

La madre de Chaim, una vendedora callejera, era muy pobre y toda su fortuna cabía en una cesta.

La vendedora callejera gritó y escupió al hombre amarillo, pero este la apartó de un empujón y siguió corriendo.

Parecía una vendedora callejera.

La fotografía que representa a la ciudad de La Paz, muestra a una vendedora callejera de flores, con una variedad colorida.

Así que, se apoderó de algo de valor que halló en la casa y se fugó con la vendedora callejera Oyasu.

El hombre amarillo le quitó una cesta a una vendedora callejera de cintura estrecha y se la arrojó a sus perseguidores.

Acá venimos a ganarnos la vida, decía ayer una vendedora callejera ante las cámaras de televisión, frente a un puesto de lencería.

Una vendedora callejera abordó a Holok y, con un aire ligeramente lascivo, le pidió al sacerdote que probara sus bollos de miel.

Estaba escrito con una caligrafía clara y muy legible y encabezado como declaración de Mary Ann Brown, vendedora callejera de cintas y encajes.

Caminando por las calles de Salta, el músico y el pintor se toparon con una vendedora callejera de duraznos y decidieron comprar algunos.