Los dos llevan gafas de vidrios gruesos y con montura metálica plateada.

Débiles y acuosos tras los vidrios gruesos de las gafas..., pero amables.

El pequeño, que llevaba unas gafas de vidrios gruesos, no se movía mucho.

Las aberturas tenían vidrios gruesos y otras características de confección.

Sala con sillones verdes, ventana de vidrios gruesos por donde se colaba la luz.

Nos mira a través de sus anteojos de vidrios gruesos.

Llevaba unas pequeñas gafas de color negro con vidrios gruesos.

Su rostro flaco, casi demacrado, quedaba empequeñecido por unas enormes gafas de concha de vidrios gruesos.

Moers era joven, alto y delgado; no sonreía jamás, y unos vidrios gruesos ocultaban sus ojos tímidos.

Parpadeó tras los vidrios gruesos y oscuros.

Tenía tres grandes ventanales, con vidrios gruesos y esmerilados que dejaban pasar la luz desde el jardín.

Era un hombre culto, de ademanes corteses, que usaba unos lentes de montura redonda y vidrios gruesos.

Pero el ay ojón cuatrojos volvió a la carga, inexorable, aventado, y ojitos turnios tras los vidrios gruesos como:

Era una mujer menuda, de cabellos grises, y tenía puestos unos lentes de vidrios gruesos que le agrandaban los ojos.

En el otro extremo de la pequeña habitación había otra puerta con una ventanilla redonda cubierta por dos vidrios gruesos.

Las ventanillas que le rodeaban tenían los vidrios gruesos y ahumados, y las puertas se cerraron con el ruido sordo de una coraza.